Gracias amix aquí ya estas en mis tesoros
LUNA
Mis sueños viajaban contigo
a cualquier lugar,
mientras a lo lejos
una arpa emitia melancólicos acordes,
aquella lejana melodía se mezclaba con el viento,
se encontraron, se hablaron, y juntos
se alejaron hasta las nevadas montañas.
Sin tristeza observé como iban alejándose,
haciendo danzar las hojas caidas del otoño
a su sosegado paso. En aquel instante repicaron
las campanas y su sonido se escapó junto a la melodía
y el viento revoloteando
en los cabellos de aquella hermosa mujer.
Empujaba el tiempo al sol hacia el lejano
horizonte, mientras la noche agarraba
la luna entre sus brazos, con los mágicos colores
de un sol en su último suspiro ella le tendió su mano,
atrajo hacia si su rostro,
y con aquel último rayo, selló el dia con un beso.
Mil pensamientos dormian en un recuerdo
embriagador, del romance que tuvieron
sobre las aguas del mar los reflejos de la luna
,con los rayos del sol cuando ya se despedia.
En aquel preciso instante un pájaro alzo el vuelo,
llevándose en sus alas, el viento,
la melodía y el sonido
que escapó al repicar las campanas.
En el reloj sonaron las ocho,
la noche recién nacía. Desde aquel rincón lejano
situado entre las piedras, donde un haz de luz iluminaba
el mar en su oscuridad, cabalgaron los sueños
a lomos de las fantasias de aquellos
que buscaron en aquel sutil refugio,
rozar por primera vez los labios de alguna hermosa mujer.
Finalmente se ocultó el sol y dejó solitaria
a la luna, derramando en su soledad
lágrimas entristecidas, era tanta su amargura,
tan intenso su dolor, que cada lágrima
vertida en estrella se convirtió
. En algún lugar lejano,
un arpa dejaba sonar los acordes
de ese embrujado romance entre la luna y el sol,
mientras mis sueños viajaban contigo,
a cualquier lugar.
Testigos de aquel romance entre la luna y el sol
, la melodia , el viento y el sonido
que escapó al repicar las campanas,
se fueron mar adentro llevándose consigo
el último suspiro del sol,
en su poético romance con la luna,
mientras él expiraba allá en el horizonte.
Mis ojos se fueron detrás de aquel atardecer rojizo,
de aquellas lágrimas del cielo caidas,
de estrellas en el cielo, del sol en el olvido.
Mis ojos se iban cada dia,
atrás de aquel romance entre la luna y el sol.