jueves, 16 de diciembre de 2010

Perdóname el dolor, a veces... (Pilar Pallarés)

Perdóname el dolor, a veces,*
perdóname la tristeza casi siempre
y la soledad
(es así como llamo a tu ausencia).
Perdóname el silencio
y las palabras
ahora.
Perdóname la alegría si te tengo
un poco,
los encuentros, los versos,
mi pobre vida.
Perdóname la esperanza
todavía
(la tomo sin dármela
y la asumo como único alimento).
Perdóname que hable
que calle
que respire
pero nunca que te ame.
Condena mi amor, castígame por él,
quiero el infierno por pabia y aposento,
que los días me torturen y conozca la fatiga,
que tus reproches me vistan de martirio,
tu furia de sangre.
Maldita y desterrada, te seguiré queriendo
y seré, más que nunca, imperdonable.

*«Perdóname el dolor, a veces». (Pedro Salinas)